Gorila. Alan Doyer.

Gorila fue una creación y obra de Eugenio Sotillos (guión) y Alan Doyer (dibujo). Aparecía como publicación extraordinaria de la serie Ediciones Toray Hazañas Bélicas.

El protagonista es Gorila, un militar estadounidense que luchará en las más importantes guerras del siglo, como son la II Guerra Mundial y Corea. Aunque también tendrá hazañas más bélicas.

Durante la serie se irá viendo progresar la carrera militar, quien empieza como simple recluta y termina como capitán. Además de este personaje hay multitud de secundarios, como Johnny Comando, que pasó de principal a secundario y que siempre estará un grado por encima de Gorila, o Larguirucho, que estará siempre un grado por debajo. También aparecen el abuelito gorila y el papá gorila. Está claro que el nombre de la familia se debe, principalmente, a su parecido físico con dicho animal.

Las historias de Gorila, como era costumbre en aquellos años, referente a que los tebeos, de una forma u otra, fueran educativos, siempre contenían una enseñanza, bien en forma de moraleja o bien de tipo histórico, Además la violencia, si tenemos en cuenta en que es una serie ambientada en la guerra, no se prodiga en esta serie más de lo justo.

Quizá mas de uno se preguntará que sentido tiene rescatar de la memoria material productos como Gorila, que eso puede estropear el recuerdo difuso que algunos pudiéramos haber conservado de su lectura cuando éramos unos críos.

Hoy cuando en el mundo del Tebeo lo único que cuenta es un criterio editorial dominado por el dinero, y todos absolutamente todos nos estamos convirtiendo en títeres de las cabezas rectoras de las grandes editoriales, que son quienes nos indican que leer, cómo leer y cuándo leer, esos posibles difusos recuerdos nos hacen aún más entrañables esos tebeos, que quizá tuvieran muchas carencias, pero que eran suplidas, sobre todo, gracias a la sinceridad conque estaban realizados. Y ello, con una elegancia, sencillez y seriedad narrativa digna de elogio.

Con ello no queremos decir que no tengamos muy presente, que los tebeos son y han sido un negocio, pero no es menos cierto, que ha sido una industria rentable cuando se han dado dos circunstancias: ser baratos y tener personajes, pues la adición es una de las bases de la fidelidad de los lectores y valga como ejemplo el que en Italia los tebeos más vendidos siguen siendo los de Bonelli con sus personajes de toda la vida, los TEX, Dylan Dog y compañía, lo mismo sucede en gran bretaña con sus tebeos baratos como el Juez Dredd.

Gorila fue un personaje que contó con numerosísimos adeptos. Quizás por eso nos duele, que dado el tremendo éxito que cosechó entre los lectores, el que la critica nunca se haya preocupado de evaluar correctamente la obra de este autor. El dibujo de Alan Doyer es interesante y en general de calidad.

Gorila, es una colección cuyo planteamiento es bastante original. Hoy en día tampoco se trata de descubrir la sopa de ajo, pero aparte de originalidad hay que saber interesar al lector en la historia y en los personajes, aspectos que cumplen tanto E. Sotillos como Alan Doyer.

En el argumento, en el que hay páginas realmente brillantes, están repletas del humor. Los momentos más logrados son aquellos en los que el ritmo secuencial se acelera, logrando insospechados gags de gran efectividad. En Gorila el humor es el aceite que engrasa una estructura cargada de aventuras. Emoción y personajes que se comportan de forma inesperada.

Resumiendo, esta serie cumple sobradamente su objetivo: entretener al lector con una serie de historias de lectura fácil y bien presentadas.

L. Porras

Cierto grado de implicación

No suelo ocultar mi predilección por determinados autores. Más bien, me gusta airearla. Así que seria ocioso repetir aquí lo que opino del trabajo de aquellos creadores de posguerra.

Es curioso, porque muchos aficionados echan de menos esos autores de los cuadernillos de posguerra, a pesar de según una critica elitista ha calificado a sus creaciones, salvo excepciones muy partidistas, como reaccionarias y portadoras de todos los ideales del régimen franquista.

Esto puede ser positivo, porque te obliga a estudiar un poco más, con mucho más detenimiento los trabajos realizados en esa determinada época con el fin de ser lo más ecuánime posible. Y negativo, porque inconscientemente podemos dejarnos influir por la nostalgia que aún hoy despiertan en nosotros. En todo caso aún hoy sed pueden palpar las reacciones del aficionado, si gustó o no tal serie…. Es otra dinámica que ahora (con las reediciones) interesa bastante.

No leo demasiados tebeos. Cuando lo hago, son historias que me gustaron. En el caso de los cuadernillos de Gorila, no sé porqué en ellos (había elido, en su momento, tan solo unos pocos cuadernillos de la colección), pero creí que seria ideal leer esta colección. Al igual que la inmensa mayoría de las series de la época, describe secuencias y planos de forma magistral. Parece que el dibujante pensara en el lector al contarnos la historia.

Creo que esa relación tan estrecha (entre el dibujante y el lector) se nota a lo largo de toda la colección. No es lo habitual, pero creo que es lo mejor. Un tebeo es algo más que encuadres y aspectos técnicos. Se necesita un cierto grado de implicación. El autor debe “vivirlo”, ser consciente de su importancia, y eso se notaba en los trabajos de Manuel Gago, Eugenio Giner, Martínez Osete, Francisco Darnís, Ambrós, López Blanco, por sólo citar a unos pocos de aquellos esforzados dibujantes y eso se nota, también en el trabajo realizado por Alan Doyer en Gorila.

A mí toda la ideología que se genero en torno a los tebeos de posguerra, llamados los cómics del franquismo, siempre me ha parecido un poco absurda en su momento. Ahora, ya desde la distancia, no se tiene mucho en pie.

No me planteo ser abanderado de algo, lo que reivindico es el tebeo como medio narrativo, como lo hacían esos tebeos de posguerra, como lo hacían los dibujantes anteriormente citados y como lo hace Alan Doyer.

¡Pero no!, todo eso es silenciado y la única preocupación de quienes se ocupan de esos tebeos, es buscarles consignas fascistoides, mientras tanto nos han ido invadiendo una pléyade de Superhéroes americanos o mangas japoneses, mientras la historieta autóctona yace en el panteón del olvido. Y es que los tebeos, ni son fascistas ni son demócratas, son buenos o malos.

Hay que entender también que eso (portadores de las consignas del régimen) sirvió para arropar a ciertos críticos y ciertas publicaciones en su momento. Pero yo sigo sin estar especialmente convencido del tema.

Es posible que el resultado satisfactorio de “Gorila” se deba a una conjunción inusual entre

guionista y dibujante, a que se cuenten historias divertidas con un estilo de dibujo perfectamente aliado al argumento. El resultado da una idea de unión entre Eugenio Sotillos (guión) y Alan Doyer (dibujo), de comprensión mutua, como no se encuentra hoy en día.

Lo primero que destaca de seguir la serie a lo largo de varios números es la caracterización de los personajes. “Gorila” es un personaje definido, con personalidad, pero que además se ha sazonado con nuevos ingredientes. Trataremos de explicarnos.

Habitualmente los héroes estándar, de cualquier dibujante, resultaban hasta cierto punto difíciles de diferenciar entre sí, si se prescindía del color del pelo, manera de vestir, etc., todos tenían la misma cara.

Alan Doyer nos presenta al personaje enseña, al margen de sus aventuras o de sus contenidos, con un sello de diferenciación. Alan Doyer tiene un especial cuidado en el diseño de los personajes principales, evitando esa esquematización que reduce sus estereotipos y limita la imaginación y la posibilidad de encariñarse con los personajes. La definición psicológica también está bien trazada, Dentro de lo ficticio e incluso artificioso, se hace un personaje creíble.

El dibujo de Alan Doyer es autosuficiente, consiguiendo un efectista impacto visual acorde con la historia que se nos esta contando, con una lectura que necesita ser vertiginosa.

En resumen: “Gorila” resulta una obra a la que hay que prestar atención porque la elaboró un artista que en esta serie demostró, sobrada-mente, que tenía ideas y porque leer un tebeo dibujado por Alan Doyer, es un retorno a las esencias perdidas de la mejor historieta.

Manuel López

Un breve apunte biográfico sobre el autor: http://lambiek.net/artists/e/espinosa-serrano_jose.htm

Un Gorila típicamente hispano: http://www.wikirecuerdos.com/tebeos/gorila.html

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